SEÑOR DIRECTOR:
Chile enfrenta un importante dilema: en pleno siglo XXI, cuando el mundo exige ciudadanos preparados para la era digital, el 94% de las aulas de Tecnología en nuestras escuelas son impartidas por docentes sin formación especializada oficial. Esta asignatura, obligatoria desde 1° básico a 2° medio, es fundamental para desarrollar pensamiento computacional, creatividad y alfabetización digital. Sin embargo, su implementación revela un ecosistema débil y desalineado con las exigencias del presente.
Pese a este escenario, miles de docentes han asumido el desafío con admirable vocación, formándose de manera autodidacta, innovando en sus prácticas y buscando activamente nuevas herramientas para fortalecer los aprendizajes de sus estudiantes. Este esfuerzo debe ser abordado por políticas públicas que reconozcan e incentiven una especialización flexible en esta área.
Revertir esta situación requiere una respuesta urgente: incentivar la apertura de programas de pedagogía en Tecnología, flexibilizar la modalidad del BRP y priorizar esta mención en instrumentos como la Beca Vocación de Profesor. Además, se debe implementar un Programa de Reconocimiento de Aprendizajes Previos (RAP) para formalizar a miles de profesores que hoy no cuentan con la especialización oficial.
Si aspiramos a una ciudadanía digital activa, crítica y preparada, debemos asegurar que quienes enseñan Tecnología cuenten con los apoyos institucionales que valoren y proyecten su trayectoria profesional docente.
Olga Alarcón
Directora Fundación Telefónica Movistar
Mauricio Bravo
Vicedecano Facultad de Educación UDD